- La compañía pública realizó el mantenimiento de buques adscritos a la ‘Operación Balmis’
- En julio de 2020 se adjudicó su mayor contrato hasta la fecha de energía eólica marina
Navantia mantuvo en el ejercicio 2020 el rumbo y los hitos fijados en su Plan Estratégico 2018-2022, a pesar del impacto de la Covid-19 en la actividad económica mundial y en el negocio de la compañía.
Debido a las medidas de restricción de movilidad impuestas en marzo de 2020, Navantia se vio obligada a detener sus actividades de producción, pero continuó realizando tareas esenciales, como el mantenimiento de buques de la Armada, incluidos los adscritos a la ‘Operación Balmis’ desplegada por las Fuerzas Armadas contra el coronavirus. La empresa contribuyó también a la lucha contra la pandemia donando 20.000 pantallas protectoras realizadas con impresión en 3D en su Centro de Excelencia de Fabricación Aditiva (CEFAN) de Puerto Real (Cádiz).
Desde el inicio de la pandemia, Navantia tuvo como prioridad la salud de su plantilla, clientes, proveedores y otros interlocutores y realizó un gran esfuerzo para adoptar medidas con un doble objetivo: garantizar la seguridad del personal y minimizar el impacto económico y social y al mismo tiempo mantener el cumplimiento de los contratos. La implicación de la plantilla y de la representación de los trabajadores ha sido clave para afrontar esta situación excepcional.
La compañía afrontó la situación inédita de suspensión y reanudación de la producción poniendo en marcha protocolos novedosos y aplicando el trabajo en remoto en aquellos puestos en los que resulta viable.
El impacto de la Covid-19 en el resultado de 2020 fue de 78,4 millones de euros, teniendo en cuenta tanto sus efectos en el negocio como los costes laborales y las medidas de prevención. En el conjunto del año, el importe neto de la cifra de negocio de Navantia fue de 1.129 millones de euros frente a los 1.237 millones de 2019. El ejercicio tuvo un resultado negativo de 137,7 millones, de modo que, aun incluyendo el efecto de la pandemia, se mantuvo en una senda de mejora (del 6 por ciento respecto a 2019) por tercer año consecutivo. La empresa recibió de su accionista único, SEPI, 160 millones de euros en préstamos participativos netos, frente a 344 millones en 2019.
Por otro lado, Navantia mantuvo la senda de inversión prevista en su Plan Estratégico, destinando 68 millones de euros (muy por encima de los 39 millones de 2019), principalmente a proyectos enmarcados en su Plan de Transformación Digital.
Navantia redobló esfuerzos para cumplir con los programas en curso y para cerrar nuevos contratos. En julio de 2020 dio un paso importante en su apuesta por la energía eólica offshore, al recibir, junto a su socio Windar, el encargo de Ailes Marines, filial de Iberdrola, para construir 62 cimentaciones fijas para un parque eólico en Saint Brieuc, en la Bretaña francesa. Es el mayor pedido de energía eólica offshore logrado hasta la fecha por Navantia y está plenamente alineado tanto con su Plan Estratégico, que prevé incrementar la actividad en el ámbito de las energías verdes, como con la recuperación sostenible que propugnan la UE y el Gobierno español.
Esa apuesta por las energías verdes se ha visto reforzada en 2021 con nuevos proyectos, como el acuerdo con Windar e Iberdrola para fabricar monopiles XXL para parques eólicos marinos y la presentación de diversos proyectos a la convocatoria de fondos europeos NGEU para impulsar la eólica offshore y el hidrógeno verde. La compañía ha ido de la mano de socios como Enagás o Siemens, que participa junto a Navantia y PYMAR en el PERTE diseñado para liderar la transformación verde y digital del sector naval.
“Navantia continúa avanzando firmemente por la senda marcada en el Plan Estratégico, que nos brinda herramientas para hacer frente a la incertidumbre consecuencia de la pandemia y poner las bases para, como empresa pública, contribuir a una recuperación justa y sostenible”, ha afirmado el presidente de la compañía, Ricardo Domínguez.
En el ámbito naval militar, en 2020 la compañía continuó con una actividad comercial intensa, si bien este mercado se vio afectado por la incertidumbre económica y varios Gobiernos frenaron o retrasaron programas previstos. Aun así, durante el ejercicio, Navantia cerró un contrato con Noruega para la adaptación de una fragata a aguas más cálidas y mantuvo negociaciones con diversos países.
Por otro lado, la caída del tráfico marítimo internacional impactó de lleno en los planes de mantenimiento de las flotas y, como consecuencia, en el sector de reparaciones navales. Este impacto fue mayor en las áreas relacionadas con el ocio, como cruceros y yates, una actividad que ha comenzado su recuperación en 2021.
Navantia cerró el ejercicio 2020 con una cartera de pedidos de 7.851 millones de euros, frente a los 8.305 de un año antes, ya que, mientras las contrataciones se ralentizaron, se mantuvo la ejecución de los contratos.
Tras entregar a la Real Marina Australiana un tercer AWD, NUSHIP Sydney, en septiembre partió desde Navantia Ría de Ferrol hacia Australia el NUSHIP Supply, el primero de los dos buques logísticos (AAOR); en mayo de 2021 partió el segundo, NUSHIP Stalwart. En julio y noviembre de 2020, con medidas de seguridad sanitaria, se botaron en San Fernando (Cádiz) las dos primeras corbetas construidas para Arabia Saudí, un programa que se ha mantenido con un ritmo exigente que ha permitido que en 2021 se hayan botado otros dos buques. En Cartagena, finalizaron con éxito las pruebas finales de desarrollo del sistema de Propulsión Independiente del Aire (AIP) de la clase de submarinos S-80 para la Armada Española y se avanzó en la construcción del primero, el S-81, puesto a flote en 2021.
Navantia continuó también con la aplicación del Plan de Empleo y Rejuvenecimiento de plantilla previsto en su Plan Estratégico: Navantia y sus filiales cerraron 2020 con un aumento neto de plantilla de 22 personas. En la sociedad principal se realizaron 314 nuevos contratos, siendo el 64% menores de 35 años y el 27% mujeres, en línea con el objetivo de rejuvenecimiento y fomento de la diversidad que la compañía se ha marcado y que seguirá siendo clave en los procesos de empleo previstos para 2021 y 2022.