El Consejo de Ministros dio ayer luz verde al inicio de la fase de definición del futuro Buque de Inteligencia (BAM AGI), que dará relevo al Alerta A-111, que está próximo a concluir su vida operativa.
Esta fase consiste en la realización de los estudios de ingeniería mediante los cuales se definirá una plataforma naval con capacidad para la obtención de inteligencia y la realización de operaciones de guerra electrónica en entorno marítimo.
Este buque, que forma parte del Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y Defensa, dotará a la Armada de capacidades avanzadas de intercepción de señales, ciberdefensa y guerra electrónica naval.
Su sistema de inteligencia nace del Programa Santiago, que busca modernizar los sistemas con los que se obtiene y analiza datos de señales y emisiones de posibles amenazas para los tres ejércitos.
El valor estimado de la Orden de Ejecución de esta fase es de catorce millones de euros y tendrá una duración de once meses.