Portaeronaves y Anfibios
Proyectando las capacidades del Ejército y la Armada


LHD Juan Carlos I
El LHD «Juan Carlos I» de la Armada española, construido por Navantia, combina proyección anfibia, operaciones aéreas y apoyo logístico en una plataforma de 231metros y 27000 toneladas. Su dique inundable alberga lanchas y vehículos anfibios, mientras la cubierta con ski‑jump opera aviones STOVL y helicópteros. Transporta 900 infantes de marina, 46 carros de combate o carga humanitaria, convirtiéndose en recurso estratégico para defensa y misiones internacionales.
El mayor tipo de buque militar diseñado y construido por Navantia es una plataforma fundamental para poder expandir las actividades de los ejércitos (tanto tierra y aire como Armada) en escenarios internacionales y misiones muy diferentes.

Gracias a su gran capacidad de transporte de tropas y equipos y su polivalencia para operar con muy diversos medios aéreos y lanchas rápidas de desembarco, el buque puede servir para cuatro grandes misiones:
Operaciones anfibias: proyección de unidades desde el mar
Portaaeronaves: proyección y operación de medios aéreos
Proyección estratégica: transporte y apoyo logístico de tropas
Acción humanitaria: acción de emergencia en caso de desastre natural
Navantia ha construido el buque Juan Carlos I para la Armada española y los buques Adelaida y Canberra para la Armada australiana.
Actualmente, se encuentra en construcción un nuevo buque de este tipo para la Marina turca en un astillero local. Adicionalmente, Navantia diseñó y construyó 14 lanchas de desembarco LCM1 para la Armada española y otras 12 para la Marina australiana.

Su construcción comenzó en mayo de 2005 en el astillero de Ferrol. Fue botado el 10 de marzo de 2008 y entregado a la Armada española en septiembre de 2010. Entre directas e inducidas, supuso casi 10 millones de horas de trabajo en España. Su Puerto base es la Base Naval de Rota, en la provincia de Cádiz.La botadura contó con la presencia de S.M.R. Juan Carlos I y el buque fue amadrinado por S.M.R. Sofía de Borbón y Grecia.
Es el buque insignia de la Armada española y destaca por aunar las capacidades alternativas de un portaviones, un buque anfibio, un barco de proyección estratégica y uno de ayuda humanitaria. Se trata de una unidad multipropósito, interoperable, adiestrada y alistada, lo cual le permite actuar con garantías de éxito en escenarios muy variados.El Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada, Jaime Muñoz-Delgado y Díaz del Río destaca de él que “es una unidad tecnológicamente avanzada” y que su diseño y construcción íntegramente en España “es una significada muestra de las capacidades alcanzadas por nuestra industria de defensa”.

Tras la construcción del Juan Carlos I para la Armada Española, operativo desde el año 2010, el buque ha tenido una gran repercusión internacional. Se han interesado por él numerosas armadas que han visto la enorme capacidad del barco. El esfuerzo inversor realizado por todos los españoles permitió, además de mejorar la seguridad y la defensa del país, crear una industria puntera, con un diseño, sistemas y tecnologías en el estado del arte muy valorados.De esta forma, Navantia empezó a exportar este producto internacionalmente, dando un gran retorno económico al país.
Turquía ha adquirido el diseño para construir este barco en sus astilleros del grupo Sedef Shipbuilding. Años antes, en 2007, Australia había encargado dos buques; en ambos países, la presencia, colaboración y acuerdos con las empresas locales ha sido muy relevante para la fase de desarrollo y posterior ciclo de vida.Además de las ventajas de la venta, la participación de las empresas españolas suministradoras tanto de equipos y sistemas, como su construcción en territorio español generó una gran cantidad de empleo e impulso de la marca España.
De esta forma, una inversión inicial de algo menos de 500 millones de euros ha producido contratos adicionales para otros negocios de Navantia y para la industria nacional de hasta más de 1.290 millones, generando, entre directos e indirectos, más de 3.300 empleos anuales durante la última década.
El buque insignia de la Armada Española, el Juan Carlos I, se estrenó en una misión exterior el pasado mes de mayo. Fue en el golfo Pérsico, donde llevó a cabo la proyección por vía marítima de una unidad de helicópteros del Ejército de Tierra para su despliegue en Irak dentro de la operación “Inherent Resolve”; a su regreso hizo escala en Bombay en apoyo a Navantia, ya que en dicho país aspiramos a un concurso para la construcción de 4 LHD tipo Juan Carlos I.
El presidente de Navantia y una amplia delegación mostraron a las autoridades políticas y militares las capacidades de este buque.La misión a Irak se produjo a petición de la Coalición internacional contra el Daesh desplegada en 2015, el buque se integró en la Coalición, formada por sesenta países, para aportar capacidades de transporte de ala rotatoria pesada y medio, en beneficio tanto de las fuerzas españolas como del resto de países. Al buque de proyección estratégica Juan Carlos I le acompañó como escolta y apoyo la fragata Blas de Lezo.La agrupación, con su unidad aérea embarcada con aviones de combate Harrier y helicópteros, salió de Rota a principios de mayo para comenzar el tránsito a Kuwait, cruzando el canal de Suez, el estrecho de Bab el Mandeb y el estrecho de Ormuz en el golfo Pérsico. Además, durante el regreso hizo escala en Bombay y Alejandría para llevar a cabo actividades de Diplomacia de Defensa y de potenciación de la industria nacional.
El Juan Carlos I, en servicio en la Armada desde 2010, tiene una dotación de 295 marinos y tiene su base en Rota (Cádiz). Por su parte, el buque Blas de Lezo cuenta con 201 efectivos y un helicóptero. Esta fragata F-103 cuenta además con el sistema de combate Aegis, que le permite detectar y hacer seguimiento de cualquier amenaza aérea; este tiene base en Ferrol (La Coruña).En estos momentos, España despliega en la misión de Irak unos 370 militares y guardias civiles en labores de adiestramiento del Ejército iraquí. Con la llegada de los helicópteros a la base de Taji, se sumaron al contingente otros 60 efectivos de modo permanente.
Junto a la Bahía de Sidney se encuentra Garden Island, la base del HMAS Canberra y el HMAS Adelaida, los buques insignia de la flota australiana que fueron construidos por Navantia en la Ría de Ferrol con diseño y tecnología española, y finalizada la construcción y pruebas en astillero en Melbourne. Ambos barcos ya han operado con éxito en numerosas misiones.
El primero de ellos, el Canberra, fue botado en febrero de 2011 y entregado en noviembre del 2014.Además se construyeron, también en España, en la Bahía de Cádiz, 12 lanchas de desembarco que operan en estos buques, y que lo dotan de su gran capacidad anfibia.
La capacidad anfibia de estos buques les permite ser muy útiles para desplegar ayuda humanitaria en situaciones de crisis, como se comprobó en el año 2010 cuando el buque Castilla estuvo colaborando en el desastre del terremoto de Haití, así como en operaciones en contra de la piratería en aguas del Índico y de Somalia en el año 2012.Los buques anfibios españoles participaron en la “Operación Atalanta” (agosto 2012 – diciembre 2012) para luchar contra la piratería en las costas de Somalia, en la protección a los buques del WFP (Programa Mundial de Alimentos) y AMISOM (Misión Africana en Somalia) y en garantizar la seguridad en la navegación del tráfico marítimo que navega por las aguas del Índico y en especial a los pesqueros españoles en zona. También los buques construidos para Australia han participado en acciones de ayuda humanitaria, como la de Haití.Además, estos buques pueden operar como centro de coordinación en cualquier tipo de catástrofe, ya que dispone de capacidad para albergar a población civil (hasta 1.000 personas), cuenta con una planta potabilizadora de agua por ósmosis inversa con la que se puede suministrar agua extraída del mar a un total de 5.000 personas; también tiene una planta eléctrica cuya potencia puede ser suficiente para dar energía a pequeñas zonas urbanas. El buque puede transportar y desembarcar hasta 170 vehículos y 50 contenedores en puertos que no dispongan de infraestructura completa.
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